jueves, 7 de septiembre de 2017

Fahrenheit 451, de Ray Bradbury



Hoy cumple un año El fuego de Montag.
El blog comenzó su andadura con una entrada en la que se mencionaba el capítulo del Quijote en el que el cura y el barbero, tras la primera salida de Don Quijote, hacían una purga de su biblioteca para que restableciera la cordura. La lectura de esos libros de caballería le habían hecho perder el juicio, de manera que la sobrina y el ama se encargaron de que la mayoría de su biblioteca acabara en la hoguera. No obstante, el cura y el barbero, como buenos aficionados a la literatura, salvaron de la quema algunos títulos, como Amadís de Gaula, Tirante el Blanco de Joanot Martorell (para el cura era el mejor libro del mundo), o La Galatea del propio Miguel de Cervantes.
Ni que decir tiene que de poco sirvió la bibliofogata, pues poco después ya estaba de nuevo el Caballero de la Triste Figura, adarga al brazo, cabalgando sobre el costillar de Rocinante.

Se hablaba —si se me permite el verbo— en esa primera entrada del blog, también de Pepe Carvalho y de la fea costumbre que tenía de encender la chimenea de su casa con un libro,  porque durante 40 años leyó libros y, decía, apenas le enseñaron a vivir. La primera novela convertida en ceniza por la mano de Pepe Carvalho fue Don Quijote de la Mancha (en realidad fue el segundo libro que quemó, pues el primero había  sido un ensayo de Pedro Laín Entralgo titulado España como problema).

Estos pirómanos cervantinos y montalbanianos me llevaron directamente a pensar en Fahrenheit 451, la novela de Ray Bradbury protagonizada por un pirómano arrepentido llamado Guy Montag.
La novela, publicada en 1953, es una de las distopías más famosas de la literatura junto a Un mundo feliz de Aldoux Huxley y 1984 de George Orwell
Tendría quince años cuando la leí y su lectura incrementó mi creencia en que los libros eran sagrados, con independencia de autor y contenido (hoy no lo tengo tan claro), en que cualquier libro había de ser rescatado del abandono o de la quema. Montag se convirtió en uno de mis personajes favoritos. De ahí el nombre de este blog.




Montag es un pirómano profesional, un bombero que trabaja para el Estado, y que en vez de apagar fuegos los provoca. Pero no quema cualquier cosa. Su trabajo consiste en buscar y encontrar los libros ocultos y quemarlos porque los libros están prohibidos. Fahrenheit 451 es la inscripción que lucen orgullosamente los bomberos  en su casco, pues es la temperatura a la que arde el papel, al menos eso afirma Ray Bradbury en la novela. Montag hace su trabajo sin preguntarse si está bien o no. Es su deber. Hasta que un día, movido por la curiosidad y por un encuentro con una joven, comienza a dudar.
Tras esta epifanía, Montag se convierte en un peligroso y subversivo antisocial que busca a los clandestinos amantes de los libros para unirse a su causa. Faber, un viejo profesor, le dice: “Los libros están para recordarnos lo tontos y estúpidos que somos. Son la guardia pretoriana de César, susurrando mientras tiene lugar el desfile por la avenida: «Recuerda, César, que eres mortal»”.

En 1966, Francois Truffaut llevó la novela de Bradbury a la gran pantalla e hizo una de las mejores adaptaciones de la historia del cine. El primer libro que aparece (tan sólo durante una décima de segundo) en la película antes de ser pasto de las llamas se titula Don Quijote de la Mancha. Seguro que Pepe Carvalho, que era un tipo culto, fue al cine a verla. 



Primera escena 





2 comentarios:

  1. Buah!!!!
    Tengo este libro, muy pero que muy pendiente!!!
    La metaliteratura es uno de mis favoritos y éste es uno de los grandes dentro de dicho género.

    ¿Un año ya? ¿De verdad? Jo... como pasa el tiempo... en navidades mi blog hará dos añitos también!! Qué tengas un feliz cumpleblog y a por otro añito más!! ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Ana Belén, Fahrenheit 451 es todo un clásico que se lee del tirón. Puede que hoy en día, con los dispositivos electrónicos quitándole terreno al papel, se haya quedado algo desfasado, sin embargo el mensaje está totalmente vigente. La película también merece la pena. Seguro que lo disfrutas.
      Gracias por la felicitación. Cuando comencé con el blog no sabía hasta dónde llegaría. Mi falta de constancia me hacía pensar que probablemente tuviera poco recorrido, y mira tú por donde que ya lleva un año. Y como dices.. a por otro año más!!.
      Un abrazo.

      Eliminar